lunes, 23 de marzo de 2009

24 días de hospital

Un folio en blanco, una hoja de papel, 24 largos días, si es que son eso, aquí dentro al menos no. No hay ni noche ni día, solo horas de comidas y medicamentos. Despertarse a las 9 tras acostarse a las 4 por un medicamento es totalmente normal, pero claro luego no puedes dormir, curas o más medicamentos eso no importa. Conclusión: en el aislamiento se duerme poco.

Otro problema es la calor que se pasa aquí, la habitación mide 8 metros cuadrados, 10 pasos es lo más que se puede andar o un poco menos si, como en mi caso, estas conectado a una máquina todo el santo día. La cama ocupa y las mesas ocupan más de las tres cuartas partes de la habitación, la cual comparto con mi madre. Conclusión: Las habitaciones son para media persona.

Pero hoy ha sido diferente por fin han bajado el aire acondicionado y como sabréis los que estéis ahí fuera, hace mucho más frío que este fin de semana por lo que aquí también, es decir, estamos congelados y no nos suben la calefacción. Conclusión: en las habitaciones de aislamiento se pasan temperaturas extremas.

Más problemas, miro a mi derecha y esta la ventana y en vez de ver un paisaje, bueno no, no hace falta que sea un paisaje con que dé a la calle me conformo. La habitación tiene unos grandísimos ventanales que dan, a un patio interior, es decir, al muro gris de la pared de enfrente y encima el techo está vedado. Conclusión: Las vistas no ayudan a la recuperación.

Comida, comida, comida. No sé qué decir de lo poco hay en la carta como lo que me gusta, que es, casi siempre lo mismo. Para un una semana está bien pero para más de tres semanas como ya llevo yo, hay días que no tienes ganas de comer, no porque no tengas hambre, sino porque lo aborreces. Pero tengo que comer. Conclusión: La comida del hospital llega a ser monótona e insípida.

Bueno voy a dejar ya de quejarme porque sino nadie va a llegar al final y tampoco es plan.
Asi que aquí os dejo unos versillos míos a ver qué os parecen;)

La sociedad está ciega.
La muerte aboga en nosotros para que destruyamos el planeta.
Un planeta que no nos merecemos.
Un planeta verde y azul, el cual nos empeñamos en oscurecer.
Vamos a morir, el fuego humano que ahora nos calienta,
Llegará a matarnos
A menos que hagamos algo.


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